Los niños son más propensos a sufrir accidentes con tóxicos que otros grupos de edad.
Estos accidentes suceden en la casa de los padres, en la de los amigos, la casa de vacaciones, el supermercado, la calle, el colegio o el campo.
Sitios peligrosos de la casa son la cocina o el baño pero también el garaje, el coche o el jardín.
En
casa de los abuelos se acumulan medicamentos, algunos muy tóxicos como los antiarrítmicos, los antidiabéticos o los antidepresivos.
¿Pórque se intoxican los niños?
Entre los factores de riesgo están la hiperactividad o las conductas impulsivas del niño y la existencia de un entorno caótico o estresante, por ejemplo durante las mudanzas o cuando hay enfermedades en la familia. Las intoxicaciones se dan más frecuentemente durante el fin de semana, en vacaciones y por la tarde.
Sin embargo, las intoxicaciones pediátricas suelen ser consecuencia del comportamiento normal del niño durante su diferentes etapas de desarrollo:
El feto y el lactante se exponen a las sustancias a las que está expuesta la madre a través de la placenta o la leche.
Con 6 meses, el niño agarra objetos pequeños y se los pone en la boca; a veces los productos peligrosos se los dan los hermanos mayores.
Con 12-15 meses, los niños caminan solos y son curiosos. Hasta los 3 años es cuando el riesgo es mayor porque ya son capaces de escalar mesas, abrir los armarios, etc.
Pero además los niños más pequeños:
No pueden rechazar un medicamento.
No se dan cuenta si hay errores en la dosis o en la vía de administración de un medicamento.
No nos pueden decir cuánto se han tomado. Aunque no son “adultos pequeños”, son más pequeños que los adultos: por ello hay que calcular bien la dosis en relación con el peso del niño.
En edades superiores habría que considerar factores psicológicos, como las llamadas de atención o los trastornos de la alimentación.
¿Con qué se intoxican los niños?
Aunque hay variaciones según los países, podemos generalizar diciendo que los niños se intoxican más con:
COSMETICOS: colonias, barra de labios, geles de baño
LIMPIADORES: limpiacristales, detergentes de lavadora
ANALGÉSICOS: ibuprofeno, paracetamol
ANTITUSIVOS Y ANTIGRIPALES
PREPARADOS TÓPICOS: diversas cremas de uso dermatológico
ANTIBIOTICOS Y VITAMINAS
MEDICAMENTOS DE APARATO DIGESTIVO: colutorios con flúor
PESTICIDAS: insecticidas de enchufe, antiparasitarios
PILAS, MERCURIO DE TERMÓMETROS, AMBIENTADORES
ANTICONCEPTIVOS
PLANTAS
¿Cómo evitar las intoxicaciones en la infancia?
Los niños imitan la conducta de los adultos. Por ello:
No administrar medicinas delante de ellos y advertir de lo mismo a los abuelos.
Nunca mencionar que los fármacos son caramelos.
Enseñar al niño a no tomarse los medicamentos sin un adulto delante.
A veces son los propios padres o cuidadores los que se equivocan en la administración del fármaco. Por ello:
No administrar medicamentos que no nos recete el pediatra.
Asegurarse de que lo que nos dispensan en la farmacia coincide con lo recetado por el pediatra.
Conocer bien cómo preparar el jarabe, cómo calcular la dosis, si hay que conservarlo de una manera especial o si se están tomando más medicamentos que pudieran interaccionar.
Informar al médico de los medicamentos que toma la madre lactante: antigripales, antihistamínicos, ansiolíticos, etc.
No dar fármacos en la oscuridad.
Coordinarse bien en la administración de los medicamentos entre los distintos cuidadores del niño, padres, abuelos, canguros o profesores.
Cuando se produce el accidente, a menudo el producto está fuera del lugar normal de almacenamiento o se ha pasado a un envase destinado a la bebida. Por ello:
Mantener los productos en su contenedor original y tener éste bien cerrado.
No dejar los medicamentos sueltos en el bolso o en pastilleros.
Guardar los productos de forma segura. No dejarlos a su alcance en mesillas o lugares accesibles, por ejemplo el bolso de la madre.
No subestimar la capacidad de movilidad del niño
Cuando se produce un accidente:
Mantener la calma, alejar al niño del producto peligroso, retirarle los restos de la boca.
No asumir que porque el niño no tiene síntomas, la sustancia no era tóxica debido a que algunas intoxicaciones son de aparición tardía.
No tomar medidas como provocar el vómito o dar leche, antes de consultar al SIT.
Si nos aconseja acudir a urgencias, no olvidar llevar el envase o la planta para asegurar la identificación correcta.
RECORDAR:
Muchos niños que ingieren algún tóxico una vez, repiten.
Aunque muchos productos llevan un amargante y nos resultan desagradables, los niños más pequeños ingieren antes de responder al sabor amargo.
Algunos medicamentos o productos domésticos pueden tener un sabor agradable o parecerse a alimentos. El Servicio de Información Toxicológica colabora con el Instituto Nacional de Consumo y el Ministerio de Sanidad en detectar y tomar medidas para evitarlo. Otras veces se han reemplazado y retirado los componentes más tóxicos del ámbito domestico o se han incorporado cierres de seguridad en los envases lo cual ha producido un cambio significativo en la frecuencia de las intoxicaciones infantiles.
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