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El monóxido de carbono es un gas especialmente peligroso porque:
No huele, no tiene color, no irrita y su densidad es similar a la del aire con lo que se difunde muy bien.
Las intoxicaciones accidentales son difíciles de detectar porque los síntomas son parecidos a una gripe: mareos, cefaleas, desorientación, náuseas, fatiga, etc. y además suelen suceder en los meses más fríos del año coincidiendo con procesos virales propios de estas épocas.
Está entre primeras causas de morbi-mortalidad por tóxicos.
A menudo las víctimas son múltiples y presentan síntomas distintos según su edad, estado de salud o tiempo de exposición.
Por ello es importante conocer cómo se origina el monóxido de carbono:
La fuente mayoritaria de monóxido de carbono es la combustión incompleta de materia orgánica por aporte insuficiente de oxígeno. Esta materia puede ser:
El origen por tanto van a ser: parrillas a carbón, estufas de leña, artefactos que operan con gas como son los calentadores, calderas, estufas de gas, chimeneas, los vehículos a motor como automóviles, etc.
Las medidas de prevención básicas en el hogar son:
Asegurarse que las calderas y calefactores estén correctamente instalados y sean revisados anualmente.
Asegurarse que las habitaciones donde se encuentren, estén bien ventiladas. No bloquear las rejillas de ventilación.
Utilizar los aparatos para el uso al que están destinados y nunca encenderlos si se sospecha que están en mal estado
Si se hacen obras en la casa que afecten las instalaciones por ejemplo tirar tabiques, cambiar el uso de una habitación, sellar puertas, etc., recordar:
No bloquear las rejillas u otros mecanismos de ventilación y reubicarlos según las nuevas necesidades. Que el nuevo espacio tenga la ventilación correcta.
Si se añaden radiadores, que la fuente de calor tenga la capacidad suficiente.
Si se altera o añade la instalación de gas, que se haga por personal certificado.
Vigilar si las instalaciones queman lento o mal, por ejemplo si la llama es naranja en vez de azulada.
Vigilar si las instalaciones se apagan o dan olores extraños, o bien si existe óxido, salidas de agua, conexiones sueltas o desconectadas, humedades o condensación en la ventana de habitación donde está encendido la instalación, etc.
Si se produce un accidente con monóxido de carbono, los primeros auxilios serían:
APAGAR TODAS LAS FUENTES DE CALOR Y LA COCINA
ABRIR LAS VENTANAS EN LA HABITACIÓN DONDE SE ESTÁ GENERANDO EL GAS, Y LAS DEL RESTO DE LA CASA
ACUDIR A URGENCIAS
POSTERIORMENTE, RECORDAR QUE HAY QUE HACER UN CONTROL DE LAS INSTALACIONES POR PERSONAL CERTIFICADO Y NO VOLVERLAS A USAR HASTA QUE SE REVISEN ADECUADAMENTE