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Desde la más remota antigüedad el hombre ha sentido la necesidad de adornar los lugares en que habitaba o en los que desarrollaba su actividad social. Ser una institución con una historia varias veces centenaria, como lo es el Ministerio de Justicia, permite, además, ir incorporando con este fin objetos de muy diversas épocas y estilos. No cabe duda de que, entre ellos, cuadros y relojes constituyen algunos de los más preciados por cualquier amante de las artes decorativas.
